Si queremos tratar de determinar qué es lo que ha ocurrido con la crisis y cuál es su posible evolución, nos lo facilitará entender los cambios históricos del paradigma de modelo de económico que se ha producido en las últimas décadas. Como expone el economista Santiago Niño-Becerra es su libro "La economía: Una historia muy personal" la principal evolución histórica ha sido pasar de un modelo económico de demanda a uno de oferta:
El modelo de demanda: buscaba el máximo crecimiento posible a base de dinamizar todos los
factores productivos e introducirlos en el entorno a través de todos los
agentes económicos posibles (fuesen públicos o privados) y regular e intervenir
la economía desde las instancias estatales y utilizar todos los resortes
posibles con el fin de ir siempre a más.
Pone el acento en el consumo, en la
demanda y en la plena ocupación del factor
trabajo sin que le preocupase una inflación que no se produciría si no se
imprimía más dinero del que realmente se necesitaba.
El modelo de oferta surgió como un paso en la evolución de la dinámica histórica. Abocado
el planeta a una inflación de costes como consecuencia de la crisis de la
energía del petróleo de 1973-1979, y de la impresión descontrolada de dólares
por parte de Estados Unidad a fin de financiar su política de expansión
internacional, empezó entonces a entrar en barrena el Estado del Bienestar.
Existían dos problemas contra los que
había que luchar con todos los medios: uno era la inflación, y el otro, los
impuestos. Trajo consigo la búsqueda a la desesperada de la competitividad en
un entorno de cambios constantes.
El modelo de la oferta acabó en poner
el acento en que los propietarios del capital aumentasen su particular
crecimiento lo más posible en un entorno de inflación lo más reducida posible;
el crecimiento vendría de la suma de todo lo que consigue cada individuo de los
que integran el conjunto.
Internet ha introducido un nuevo giro
al modelo de la oferta: la productividad iba a poder crecer verdaderamente en
un entorno en el que el papel regulador del Estado iba a menos, como también la
necesidad del factor trabajo.
Los logros de productividad se deben
básicamente a tres factores: el uso de una tecnología crecientemente eficiente,
la implementación de una organización cada vez más depurada, y la incorporación
de un factor trabajo idóneo para las tareas que debían realizarse.
Para resumir lo anterior: lo
importante para el modelo de demanda fueron dos aspectos: por un lado,
remuneración con bastante eficiencia dal factor trabajo y por el otro realizar
auténticos esfuerzos para reducir la desigualdad en la distribución de la renta
a través de una política fiscal muy agresiva.
Con el modelo de oferta todo esto
quedó atrás: lo importante pasó a ser el control de la inflación y la
remuneración del capital y de aquellos profesionales que obtuvieran el mayor
valor para el accionista. La tendencia a la menor remuneración del factor
trabajo fue amortiguada por la creciente concesión de crédito con la
consecuencia del incremento enorme del nivel de deuda, desembocando finalmente en la crisis
que hemos sufrido.
Vemos pues que la crisis de endeudamiento, la precarización del factor trabajo debido a su menor importancia o la gran afectación en las clases medias de la crisis, son consecuencias que podemos entender mejor si comprendemos este cambio de modelo y las circunstancias históricas a las que respondieron cada uno de ellos. De su posible evolución es el debate que debemos continuar.
El sábado 16 de Julio a las 11 horas en el Ateneu Barcelonès se realizará una conferencia abierta en la
que participo sobre Prospectiva de futuro de la crisis actual
Contacto: larazondesencantada@yahoo.es
Muy interesante! Espero poder acercarme a la conferencia
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