La entrada en la era digital está provocando una serie de cambios en nuestras conductas, formas de relacionarnos y actitudes que están conformando como objeto de análisis una nueva psicología de la era digital. ¿Cuáles son las motivaciones de los nuevos grupos sociales? ¿Cómo se organizan y relacionan? ¿Cuáles son los nuevos lazos sociales?
Para tratar de dar respuesta a estos interrogantes, el psicólogo clínico José Ramón Ubieto segmenta está nueva psicología de la era digital en cuatro claves:
- Atrapar la realidad huidiza: el entorno físico del mundo real y virtual se funden en la tecnología de la realidad aumentada como el juego Pokemon Go. Para luchar contra la denominada actitud del hastío indiferente (blasé) de los urbanitas modernos, mediante la tecnología de la realidad aumentada se introduce la sorpresa como elemento que suscite curiosidad y anime al deseo de ver algo nuevo a modo de nueva adicción. Además se promueve la competitividad entre usuarios para intentar satisfacer dos deseos: el de alcanzar la excelencia siendo el mejor, y el de formar parte de una comunidad de usuarios. La realidad aumentada aparece como una ficción para combatir el aburrimiento y la insoportable pesadez del ser de la postmodernidad, obligado a obtener nuevas experiencias que le produzcan nuevas satisfacciones y goces.
- Una nueva topología: la realidad estallada: el despertar de lo real nos pasa de una realidad aumentada a una estallada donde la realidad parece estallar en rabia, indignación u odio. La dura realidad de la crisis con su precariedad, corruptelas y burbujas ha generado olas de indignación. Primero surge el grito de indignación y la rabia. A este grito le sigue la identificación de un culpable en el exterior (casta) al que se hace responsable del estado de las cosas. Cuando la realidad que sostenía a los sujetos estalla, el propio sistema los deja caer como consumibles y obsoletos. Estos comparten su vacío y pérdida tomando la calle o con lazos virtuales, pero con ausencia de líder o ideales comunes. La indignación es sin duda un leivmotiv de las redes sociales.
- El odio como lazo social: los sujetos, sobretodo los jóvenes, sienten haber perdido su comunidad de origen. Sin referentes paternos y muchas veces excluidos por su sociedades alimentan el odio como forma compartida de crear fraternidades sociales. Ese odio compartido, en el cual las tecnologías digitales tienen un papel crucial, crea nuevas comunidades fraternales, globales, sin fronteras ni exclusiones
- La satisfacción como forma de identidad: ya no construimos nuestra identidad a partir de ideales religiosos, culturales o políticos. No nos presentamos como católicos, comunistas o melómanos sino que nos apoyamos más en rasgos como el modo de satisfacción: lo que gozamos es lo que ahora configura grupos de identidad. Las marcas y los objetos de consumo identifican a los sujetos incluyéndolos en comunidades de goce globales (hipsters, hiperactivos, freakis de los videojuegos...). Los sujetos desorientados encuentran sus referencias en el goce como el amo mismo que hace que pasear por cualquier ciudad del mundo sea ver las mismas propuestas para comer, vestirse o divertirse. El goce es el cemento que asegura el lazo social.
La era analógica y patriarcal es ya historia. Constatamos que las nuevas realidades digitales afectan a cómo nos relacionamos y organizamos. Están surgiendo nuevos estilos de vida que crean topologías, reales y virtuales, por las que debemos saber orientarnos para evitar que una realidad estallada nos inunde de exclusión, precariedad e indignación.
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