Día de reyes. Aunque suene a tópico este es un día de ilusiones y sorpresas y que se palpa en la cara que ponen los niños al descubrir sus abundantes regalos por la mañana.
Y inevitablemente uno se traslada a su niñez que para todos los nacidos en la década de los 70 se desarrollo principalmente en la época de los 80. Y no puede evitar pensar que entonces la vida tenía realmente otra velocidad. Ahora mismo tenemos la sensación y tememos sentirnos casi sobrepasados por los twiters, chats, facebooks, iphones, ipads, smart mobiles, playstations y demás...estamos sin duda en una época de velocidad de vértigo, de comunicaciones instantáneas on-line, de sobresaturación de regalos, imagenes y objetos. Quién no recuerda que antes en reyes sólo había un regalo estrella que variaba entre el barco pirata de playmobil o la bicicleta y eramos al menos igual de felices.
En el fondo para los que crecimos en esta época nuestro disco duro interno sigue siendo sentimentalmente analógico a velocidades sensatas de 64 K de memoria RAM como nuestro querido primer ordenador Commodore 64. Y no se trata de negar la evidencia de que ha habido un progreso real en lo económico y tecnológico (que no en lo ético y moral) sino de pensar que también era posible una vida a diferente velocidad y que merecía la pena ser vivida y recordada.
Y en días como hoy tenemos derecho a sentir esta nostalgia y reconfortarnos con nosotros mismos. Os dejo como regalo de reyes, a vosotros los nostálgicos, un magnífico vídeo sobre nuestros 80 con música de Alaska y su bola de cristal y una frase para reflexionar:
"Los verdaderos bienes son aquellos que nos abren nuevos horizontes".
En el fondo nunca hemos dejado de ser niños. ¡Feliz día de reyes!
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