"Compendio de reflexiones sobre las Humanidades y las Ciencias con vocación expresiva integradora"
viernes, 24 de diciembre de 2010
Un nuevo humanismo en la empresa: el arte de dirigir personas
"No es tarea fácil dirigir a hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo."
Rabindranath Tagore
La cuestión fundamental cuando alguien llega a cargos directivos en una empresa es sin duda como dirigir y desarrollar adecuadamente las personas de la que es responsable en función de los objetivos marcados por la compañía lo cual se convierte finalmente en todo un arte que no se puede aprender completamente en las Escuelas de Negocios.
Todos sabemos que el entorno económico actual es muy complicado y que hay una gran presión en la consecución de resultados a corto plazo. Toda esta situación puede repercutir negativamente en nuestro día a día y en las relaciones con nuestros colaboradores pero esto no debe ser excusa para mantener una actitud de respeto y colaboración en nuestras relaciones a pesar de las circunstancias. En el fondo debería reducirse a tener una firme convicción humanista y una voluntad inquebrantable de actuación en esta dirección es decir, tener un centro de gravedad permanente algo también fundamental en nuestra vida diaria.
En este sentido una de las mejores reflexiones es la que nos brinda el escritor y profesor de Esade Alex Rovira:
"La presión, entendida como necesidad de dominio, no es liderazgo ni tan solo dirección, es a lo sumo domesticación. Aquél que gobierna y requiere de la presión permanente como acicate para su equipo, acostumbra a ser víctima de su propio vacío interior, de su vértigo.
A menudo utilizada para justificar el mayor rendimiento de las personas del equipo, la presión gratuita ejercida sin necesidad quema, literalmente, los mejores activos de las personas que nos rodean. La presión genera agitación pero no eficiencia.
Presionar es fácil, como empujar. Por el contrario, dirigir, confiar, responsabilizar, escuchar, dialogar son síntomas de una postura existencial que se alcanza no por azar sino por decisión consciente y cultivo perseverante del alma. Uno diría que aún hoy, por nueve que empujan, uno que dirige"
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