domingo, 29 de septiembre de 2013

La desigualdad: el reto moral de este siglo


Una de las cuestiones que capturan más nuestra atención con cada vez mayor preocupación son las crecientes diferencias que observamos entre los diversos miembros que conforman nuestras sociedades. Sabemos que todos partimos de talentos diferentes y por tanto desiguales y esta desigualdad en el talento va a implicar que la desigualdad social sea inevitable. Esta creciente diferenciación y jerarquización entre ciudadanos esta teniendo consecuencias negativas no sólo en los ámbitos económicos o sociales, sino también en los personales. Y estos son cada vez más palpables ya que ahora llegan al verdadero pilar de las sociedades avanzadas: la clase media.

Desde el punto de vista económico, el economista Antón Costas nos expone, a modo de advertencia, que la lógica actual desigualitaria del Capitalismo financiero en que vivimos choca con la lógica igualitaria de la Democracia. La política económica reciente sigue la lógica de intentar prolongar un modelo de crecimiento basado en la desigualdad a través  de burbujas crediticias y endeudamiento que lo que han hecho ha sido simplemente profundizar en la desigualdad; donde los más afectados han sido personas sin recursos que han acabado endeudados y posteriormente en bancarrota.

Según Costas, la desigualdad actúa como poderoso disolvente de los fundamentos del crecimiento económico y del progreso social: corrompe a las sociedades desde dentro al consolidar los prejuicios de los que están en la parte de arriba hacia los que están más abajo en la escala social. La principal afirmación, cuyo valor demostrativo sería inmenso, es que la desigualdad no permite a la economía de mercado funcionar de forma eficiente: la comunidad de sentimientos o "simpatía" es fundamental para que las decisiones orientadas a la búsqueda del propio interés beneficien, a la vez, el bienestar del conjunto de la sociedad. La desigualdad acentúa la inestabilidad macroeconómica y hace más volátil el ciclo económico, favoreciendo la aparición de burbujas y crisis recurrentes. La desigualdad actual es por tanto, el resultado de un cambio de poder económico a favor del sector financiero.

Siguiendo a Adam Smith, la corrupción de los sentimientos morales ha provocado una quiebra moral de la economía de mercado: desprendida del contenido moral, las motivaciones humanas que mueven los mercados se apoyan en una ética coja. El principio moral de simpatía es una especie de pegamento indispensable para que las motivaciones humanas que dirigen la búsqueda del interés privado logren conciliarse con el interés general o el bien común de la sociedad.

Uno de los retos principales de los próximos años será reconciliar Capitalismo con igualdad. La austeridad es una política a favor de los acreedores y en perjuicio de los deudores, intensificando la desigualdad. El ideario económico y social que se sigue actualmente en Alemania es un claro ejemplo de esta problemática:

  • La idea central es la competitividad: la democracia acorde con el mercado (Marktkonforme Demokratie). En lugar de rodear y limitar democráticamente el mercado, la democracia debe ser recortada de acuerdo con el mercado.
  • Es una ideología más fundamentalista de mercado que solidaria. Relativiza la desigualdad y no garantiza la cobertura de las necesidades vitales básicas
  • Finalmente existe una obsesión por la demografía. La regla 7/25/50: somos en Europa el 7% de la población mundial, producimos el 25% del PIB mundial y gastamos el 50% del coste social planetario. Abriendo de este modo el terreno para el recorte del gasto social.
Otro de los grandes análisis de las consecuencias de la desigualdad vienen desde el lado sociológico: Zygmunt Bauman y Richard Sennett son dos sociólogos que analizan magistralmente las consecuencias sociales y personales  que la creciente desigualdad están provocando.

Zygmunt Bauman nos expone que la gente a lo que hoy tiene miedo no es a ser vigilada constantemente a modo de un Gran Hermano, sino lo que la gente tiene miedo es a ser excluida, desechada, abandonada. Vivimos en una sociedad confesional: quieres que más y más gente sepa lo que estás haciendo (vía facebook, twitter,instagram,..), tenemos miedo de romper lazos sociales, de ser desiguales, de la exclusión amenazante,de la soledad. 

Por otro lado Bauman explica que somos adictos a la seguridad: lo que la gente busca, y teme no tener, es seguridad existencial. No teme a terroristas, sino a perder su posición social. En el mundo laboral vales sólo lo que tú ultimo éxito en el mercado de trabajo. Y los Estados sufren déficit de poder: no pueden asegurarnos ya contra el desempleo, la vejez,... La seguridad existencial es algo que cae fuera del control de los políticos. Muchas de estas funciones han sido ya privatizadas y su acceso es por nivel de renta ya de por sí desigual. Los políticos se centran únicamente en la seguridad física contra los terroristas y otras amenazas más o menos reales.

Finalmente el sociólogo Richard Sennett analiza qué significa respeto en una sociedad basada en la desigualdad: la sociedad ha buscado relaciones respetuosas a través de la dignidad del trabajo y esto dada las características y situación de escasez del trabajo contemporáneo, profundiza las desigualdades. La institucionalización del talento como fuente de prestigio y éxito laboral da origen a la meritocracia pero a su vez tiene un lado peligroso: la dependencia y falta de autonomía de los excluidos, de los menos talentosos. La autonomía es la clave para la igualdad y el respeto. Hay que seguir pues los tres códigos modernos de respeto: hacer algo por sí mismo, cuidar de sí mismo y ayudar a los demás a ser autónomos. 

En la construcción de una sociedad más igualitaria donde el bien común sea el fin último y también ayudando a la eficiencia económica, está en nuestras manos el aceptar de los otros lo que no podemos entender de ellos. Tratar al otro en igualdad de condiciones. La conexión respetuosa se establece cuando se reconocen los límites y posibilidades del otro. No excluyendo y asumiendo la diferencia como una factor entre otros más y comprendiendo que todas las personas están dotadas de talento es como nos ganaremos no sólo su respeto sino también el más importante: el respeto moral a uno mismo. 




domingo, 15 de septiembre de 2013

¿Qué es tener un buen carácter?: eligiendo nuestra personalidad


Como Montaigne seguramente secundaría, podemos decir que Vivir ya es un trabajo, es más: es el principal de ellos. Y el ¿cómo vivir? una de las preguntas más difíciles. Todos tenemos que dar siempre respuesta a situaciones que en nuestro devenir vital tenemos que afrontar. La forma en como reaccionamos viene determinado por nuestro carácter y nuestra personalidad. Reflexionar, ser conscientes de como se construye nuestra personalidad y como podemos influir en nuestro carácter, nos dará una amplitud de miras que muchas veces sin duda necesitaremos para dar una respuesta adecuada a situaciones complicadas.


El filósofo José Antonio Marina reflexiona en su libro "El aprendizaje de la sabiduría" en como el pensamiento puede enseñarnos no sólo a vivir sino también a convivir y como la sabiduría puede entenderse como una inteligencia vital que puede aprenderse si dedicamos el tiempo necesario a reflexionar sobre el cómo deberíamos vivir.

En primer lugar hay que ser conscientes de que todos poseemos una personalidad que se compone de un carácter más un proyecto. Y que esta personalidad (carácter+proyecto vital) puede ser elegida aunque pueda parecernos difícil. 

Una personalidad elegida se define por tres elementos: 

  1. Un proyecto vital
  2. La negociación con nuestro propio carácter.
  3. La negociación con la realidad.
El desarrollo de la personalidad es un proceso dinámico donde el sujeto tiene que pasar de la posibilidad a la acción. La personalidad determina la acción y al mismo tiempo es determinada por ella y ambos elementos influyen en la realidad en un dinamismo plural y recíproco en el cual podemos desarrollar nuestro proyecto vital.

Cabe preguntarse en el siguiente paso: ¿Qué es tener un buen carácter?. Muchas veces solemos identificar el tener carácter con una el tener una posición fuerte ante los acontecimientos, pero significa eso que tenemos un buen carácter o que simplemente tratamos de imponernos ante los demás dado que no somos capaces de negociar con nuestro propio carácter.

Jose Antonio Marina nos expone que lejos de algunas  creencias de que el carácter viene muy determinado, es no solo posible, sino deseable construir responsablemente un buen carácter. Identifica el buen carácter  con aquel que posee muchos recursos íntimos. Los recursos son aquellas capacidades que nos ponen en buenas condiciones para alcanzar la felicidad y la dignidad. Los recursos implican creencias, sentimientos y hábitos operativos. Son grandes aretés (virtudes) clásicas que nos llevan a la felicidad. Aristóteles ya nos decía que la felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud.

El último paso que nos queda es construir los componentes que nos quedan para hacer un retrato del buen carácter. Existen doce recursos fundamentales que componen un buen carácter:
  1. Seguridad básica: debemos poder vivir en un ambiente estable que proporcione crecimiento intelectual y afectivo.
  2. Temple o equilibrio afectivo: es ajustarse bien al momento (kairos) en el que vivamos. Atemperamiento a la realidad y equilibrio personal.
  3. Sabiduría: es el talento para hacer las preguntas adecuadas y buscar las buenas respuestas, es la poética del vivir. Elaborar un sistema de creencias adecuadas y correctas sobre el mundo.
  4. Fortaleza: es el coraje de emprender y el coraje de perseverar. Atreverse y resistir son los dos componentes de la fortaleza.
  5. Diligencia: es la sabiduría del tiempo, a medio camino entre la procastinación  (dejar las cosas para otro día) y la precipitación.
  6. Autonomía responsable: es saber dar cuenta de lo que se hace y tener conciencia clara de las consecuencias de nuestros actos.
  7. Creatividad: es descubrir posibilidades en la realidad. En esa poética creadora descubriremos ese sentimiento de flujo que la producción creadora nos ofrece.
  8. Alegría: es la experiencia de la plenitud ante el aumento de las posibilidades. Como decía Spinoza: cuando el hombre siente su poder, se alegra.
  9. Sociabilidad: es la aptitud para la convivencia. Es reconocer que las otras personas pueden ser fuente de satisfacciones y no sólo de decepciones, exigencias y amenazas. Nuestra felicidad depende de que sepamos integrarnos en un proyecto social, colaboremos y nos sintamos queridos.
  10. Compasión: es el fundamento de la solidaridad. Comienza como sentimiento y acaba como hábito. Es la conducta de cuidado y lucha mancomunada contra el dolor. Si no salvo mis circunstancias, no me salvo yo.
  11. Respeto: es el sentimiento adecuado hacia todo lo valioso. El gran avance de nuestra especie ha sido aceptar que todos somos animales racionales dotados de dignidad que siempre debemos respetar.
  12. Sentido de la Justicia: es saber buscar el equilibrio, reconocer la igualdad que hay en el otro.
Trabajar reflexivamente nuestros recursos, saber compensar los que no tengamos suficientemente desarrollados, es sin duda uno de los caminos para poder decir que, lejos de escondernos en un carácter heredado, intentamos construir responsablemente nuestro propio buen carácter. Y en la filosofía podemos encontrar una guía ya que nos enseña a mirar, a pensar y también a actuar. Como dice el filósofo francés Pierre Hadot hay que transformar ética y estéticamente lo cotidiano, vivir con alegría, gozar de estar vivo. Ahora ya con nuestra personalidad y buen carácter responsablemente elegido.








domingo, 8 de septiembre de 2013

Del Capitalismo Cognitivo a la Sociedad de la Ignorancia

Estamos acostumbrados a vivir bombardeados por datos, imágenes, palabras o eslóganes. Forma parte de nuestro acontecer diario el estar inmersos en flujos de información que se actualizan continuamente. También nos sobreviene en muchas ocasiones esa sensación de vernos sobrepasados por la imperiosa necesidad de ser constantemente conscientes de cada información que cambia. El esfuerzo perceptivo requerido para estar al día actualmente puede llegar a parecernos, con certeza, una tarea más propia de titanes que de humanos. Podemos decir con seguridad que nuestro sistema económico ha evolucionado desde un sistema industrial de objetos materiales hacía uno de datos inmateriales que denominamos como Capitalismo Cognitivo.

El economista italiano Andrea Fumagalli define la base del nuevo Capitalismo Cognitivo en el que vivimos como la explotación de las capacidades lingüísticas, cognitivas y relacionales de los individuos. Es un nuevo paradigma económico que tiene como objeto de intercambio, acumulación y valorización, las facultades vitales de los seres humano: en primer lugar el lenguaje y la capacidad de generar conocimiento. Este sistema intenta la subsunción total de la vida en capital: a modo de biopoder económico, establece una difusión de dispositivos de control sobre las actividades sociales con el fin de transformarlas en relaciones económicas productivas.

El Capitalismo Cognitivo Bioeconómico tiene una serie de características que le definen:

  • El proceso de acumulación y valoración de este sistema tiende a fundarse en la vida puesta a trabajar. El conocimiento es el motor de acumulación. La producción de valor se da cada vez más con los elementos inmateriales (relacionales, sentimentales, cerebrales..). Hay un desmaterialización del capital fijo hacia una transferencia de las funciones productivas al cuerpo vivo: bios. Un paso de las tecnologías mecánicas a las lingüístico-comunicativas a través de la Tecnología de la información y del trabajo en red. La vida misma es puesta en valor. Esto se lleva a través de la valorización de las diferencias que cada individuo lleva consigo.
  • El proceso de realización de este sistema se lleva a cabo a través del consumo y de la creación de imaginarios a modo de estilos de vida. El proceso se torna bioeconómico: importan los modus vivendi y su comunicación como actos lingüísticos. Esto provoca una terciarización del consumo donde el cliente es el centro y es el consumo el que arrastra a la producción y no al revés como ocurría en el sistema industrial.
  • La prestación laboral esta caracterizada por la diferencia: lo que los empleadores valorizan en la diferencia cognitiva que cada individuo pueda aportar. Se realiza una nueva división del trabajo, esta vez cognitiva. Al individualizar la prestación laboral aparece con fuerza el sujeto precario y también autónomo. Además surge también la problemática de la obsolescencia cognitiva de los trabajadores que no pueden mantener el ritmo de reciclaje de conocimientos que este nuevo sistema requiere. Las negociaciones laborales, si existen, se focalizan en encontrar el mejor mix de flexseguridad. Esto no evita el problema del incremento de la desigualdad y la exclusión de las personas que no tienen suficientes capacidades cognitivas para ser productivos en esta nueva sociedad.
  • Existe una centralidad de los mercados financieros que financian la actividad de acumulación cognitiva y, sustituyendo al Sector Público, hacen de papel multiplicador de la economía y de la distribución de ingresos. Asistimos a una privatización de la reproducción de la vida con un desmantelamiento del Estado del Bienestar en muchos países.
  • El beneficio no es simplemente el producto de una inversión en stock de capital físico sino que depende de la utilización de un patrimonio social (conocimientos, relaciones, sentimientos...) que debe ser controlado y explotado (redes sociales, consumo por estilo de vida...) con fines privados. La producción de dinero ya no se hace sólo mediante mercancías al estilo Fordista sino también por medio de conocimientos.

Este nuevo tipo de Capitalismo cognitivo ha llevado a plantearse que puede que la evolución de la sociedad del conocimiento sea un proceso que no sea positivo como unánimemente se ha pensado y que por el contrario, quizás vivamos en una Sociedad de la Ignorancia o de la incultura . El profesor Gonçal Mayos nos expone que hay mucha parte de la población que es incapaz de hacerse cargo reflexivamente de las problemáticas humanas en conjunto ante la avalancha de datos que sufre. El conocimiento parece seguir un proceso geométrico al estilo Malthusiano, mientras que nuestra capacidad individual de saber y procesar sigue uno aritmético. 

La obsolescencia cognitiva de los ciudadanos es cada vez una amenaza mayor, así como la incapacidad de la ciudadanía para atender las dificultades globales. Esto puede suponer un peligro para la democracia porque lejos de empoderar a la población para resolver problemas, dejamos estos en manos de expertos (políticos y técnicos) de cuyo control democrático normalmente desistimos. Aparece pues una nueva alienación postmoderna que se fundamente en actitudes escapistas de gran parte del población ante el proceso geométrico malthusiano del saber. Y se refugian en una sociedad de la incultura donde el espectáculo, el simulacro y el vacío son fomentados y radiados por todos los medios de comunicación.

Pero una vez hecho el diagnóstico, existen afortunadamente motivos para la esperanza: la propuesta del profesor Mayos para hacer frente a esta Sociedad de la Ignorancia es volver a empoderar la población mediante la recuperación de los saberes de Cultura General que devuelva la capacidad reflexiva como base de cualquier saber y de este modo participen con fundamento en una sociedad que, con los retos que tiene, no podemos dejar por desistimiento en expertos interesados. Aristóteles ya supo sabiamente definir el fundamento del ser humano: el hombre es un animal social (zóon politikon). Seamos pues dignos de nuestra naturaleza y no renunciemos a nuestra propia formación como forma de empoderarnos reflexivamente y así tomar las mejores decisiones ante la necesidad urgente de mejorar la sociedad en la que vivimos.



domingo, 1 de septiembre de 2013

Segunda edición Libro recopilación del Blog: "La Razón Desencantada"



Después de casi tres años de publicación de entradas en este blog y para agradecer a todos aquellos que las seguís con asiduidad, he autopublicado la segunda edición actualizada a Septiembre de 2013 de una recopilación de las mismas, que puede descargarse gratuitamente en formato PDF en el link de abajo:

 http://www.bubok.es/libros/216134/LA-RAZON-DESENCANTADA


(SEGUNDA EDICIÓN ACTUALIZADA A SEPTIEMBRE DE 2013)

Es un compendio de reflexiones sobre las Humanidades y las Ciencias con vocación expresiva integradora

Incorpora una propuesta de itinerario vital en cuatro rutas:

La ruta del SER:  Filosofía, Pensamiento y Psicología
La ruta del TENER: Economía y Ciencias Sociales
La ruta del VIVIR JUNTOS: Geografías, Viajes y nuevos horizontes
La ruta del DIALOGAR: Ciencia, Arte y Literatura

Todo con el firme convencimiento de que necesitamos la ficción, la fantasía y los relatos porque la vida no se puede expresar solo mediante una visión realista. El individuo tiene la capacidad con la ayuda del arte, de la filosofía, de la ciencia con conciencia, del viaje como ampliación de horizontes para  agujerear las visiones impuestas y las versiones oficiales y crear su propio relato de devenir vital algo necesario en los tiempos que todos vivimos.

Espero sinceramente os satisfaga y sea de utilidad.

Saludos cordiales,
Alfonso Bárcena
Mail: larazondesencantada@yahoo.es

Panta rei  (Todo fluye)
Heráclito