martes, 16 de agosto de 2011

Globalització i interculturalitat: Lectura recomendada


La situación social y económica global que vivimos actualmente es compleja. Los acontecimientos transcurren a tal velocidad de vértigo que  muchas veces tenemos la sensación de que nos sobrepasan y no logramos comprender el alcance y fondo de lo que ocurre.

Además vivimos rodeados, como forma de evasión de esta desagradable realidad, del espectáculo y lo ilusorio. Tenemos pocos momentos para detenernos y pensar. Ahora sin duda, son más que nunca necesarias las Humanidades para retomar una cultura basada en la lectura y la reflexión.

La educación requiere esfuerzo y dedicación pero proporciona a cambio lo más preciado para un ser humano: la construcción de una vida plena de significación con la que poder dar respuesta a todos los retos que se nos planteen.

Uno de los libros que desde la Filosofía y las Humanidades pueden ayudarnos en este camino de comprender el mundo actual si hacemos una parada para reflexionar es: Globalització i interculturalitat: Reptes i escenaris publicado en La Busca edicions. He tenido la satisfacción de participar en él con la inclusión de un artículo sobre como gestionar la globalización con propuestas hacia una gobernancia mundial.

El libro surge de un ciclo de conferencias sobre Pensar la globalización realizadas en el Ateneu Barcelones por el grupo de prestigiosos profesores de filosofía que componen el  Liceo Maragall de Filosofía dirigidos por el profesor de Filosofía de la UB Gonçal Mayos.

Globalització i Interculturalitat nos muestra la genealogía de la presente globalización (Gonçal Mayos) y como gestionarla, apuntando a una gobernancia mundial (Alfonso Bárcena). Evalua las consecuencias de la creciente impotencia del Estado (Sergi Mas), de los "sueños imperiales" convertidos en "pesadillas globales" (Joan Lara) y la emergencia de nuevos sujetos políticos como la "multitud" de Toni Negri  (Marta Doltra). Investiga los miedos y esperanzas que genera el otro en nuestro mundo global, ya sea impulsando un cosmopolitismo inclusivo (Norbert Bilbeny), denunciando el falso multiculturalismo (Lluís Roca), explicitando la ética que emerge de la globalización informática (Anna Sarsanedas), o bien criticando el riesgo globalizado de una sociedad crecientemente inhóspita (Josep Casol).

El libro encara pues la complejísima situación actual: acontecimientos como el terrorismo y el contraterrorismo globales, el "choque de civilizaciones" internacional pero que también es interno en cada una de las sociedades (como se ve en las actuales revueltas en Londres), la crisis económica que amenaza no sólo las personas sino la soberania de Estados enteros e, incluso, hace sentir a Occidente que es superado por Oriente.

Una recomendación, en forma de libro, que espero sinceramente os sea de ayuda en ese, a veces, esforzado camino de responsabilizarnos de nuestra propia educación para comprender y dar sentido y así posteriormente actuar y opinar con lo más valioso y satisfactorio: la formación del criterio propio


viernes, 12 de agosto de 2011

La cultura empresarial como hacedora de visiones de la vida


Uno de los hechos más relevantes del último siglo es la irrupción del mundo empresarial y de la gestión (management en inglés) en nuestra realidad diaria. La mayoría de nosotros nos desarrollamos en nuestro ámbito profesional dentro de organizaciones y empresas cuyas formas de hacer nos influencian, quizás más de lo que pensamos, en nuestra vida cotidiana.

Las organizaciones al estar conformadas por personas generan su propia cultura e idiosincracia como forma de dar coherencia, identificar, unir esfuerzos y dar sentido a la actividad que realizan.

Esta cultura normalmente no se genera espontáneamente sino que hay una clara intencionalidad en la construcción de unos valores y una visión de la realidad que son transmitidos a los miembros de la organización y a los cuales se les pide identificación si quieren desarrollar su actividad profesional en ellas.

Las empresas se han convertido en uno de los principales influenciadores en nuestra sociedad en la visión  y sentido que tenemos de nuestra realidad quizás incluso por encima de otras instituciones tradicionales como pueden ser la iglesia o la familia.

Son expertas en crear marcos referenciales (frames en el pensamiento del lingüísta George Lakoff) que delimitan, enmarcan y direccionan nuestra mirada, no sólo como trabajadores sino también como consumidores, hacia lo que ellas consideran como relevante en función de sus intereses empresariales.

Es la creación artificial de un mundo feliz donde solo hace falta seguir sus consejos para alcanzar la plenitud. El reverso de la moneda es claro: la generación de excluidos de aquellos que, o bien no son económicamente capaces de seguirlos o su espíritu crítico, aún no adormecido, se lo impide.

Y una de las formas de apreciar esta influencia es en los lemas que toda compañía que se precie tiene. Son la captura magistral de toda una visión en una simple frase. Hay tres empresas Europeas que son claros ejemplos de visiones de la vida en sus lemas y que quizás expliquen gran parte de la situación económica actual:

  • AEG: Empresa alemana. Lema: "Perfekt in form und funktion". La visión racional de la vida tan propia de los países centroeuropeos.
  • Electrolux: Empresa Sueca. Lema: "Thinking of you". La visión idealista de la vida propia de sociedades nórdicas donde el bienestar de las personas es central.
  • Zanussi: Empresa Italiana. Lema: "La vita è bella". La visión latina estética y hedonista de la vida. El carpe diem, vivir y disfrutar el presente (la deuda ya se pagará de alguna forma...). 

¿Cuál es la mejor visión? ¿Quién lo sabe? Seguramente el secreto radique en una sabia combinación de las tres visiones pero que sólo a nosotros personalmente nos es dado llegar a descubrir. Y afortunadamente tenemos toda una vida para ello.





domingo, 7 de agosto de 2011

Actuar desinteresadamente: nuestra integridad moral en tiempos líquidos

Podemos quizás sencillamente resumir en tres preguntas el campo de actuación de la filosofía en lo que respecta a su estudio del qué es el hombre:

1) ¿Qué puedo saber?
2) ¿Qué debo hacer?
3) ¿Qué debo esperar?

Estas preguntas que el filósofo Immanuel Kant se hace y a partir de las cuales desarrolla su profunda propuesta filosófica, son sin duda cuestiones que alguna vez nos hemos hecho todos en nuestro devenir existencial.  Y es que en nuestros cada vez más correosos y líquidos tiempos modernos, la pregunta que gana más actualidad sea  probablemente qué debemos hacer en un mundo que parece que se desmorona ante nosotros por instantes.

Y sabemos como postmodernos desencantados  y, algunos indignados que también son, que no existen respuestas únicas ni categóricas. Se impone actualmente con más fuerza si cabe, una reflexión profunda de qué somos en realidad y qué podemos esperar en consecuencia.

Quizás nos sería de ayuda volver a reescribir el  imperativo clásico de que en el fondo lo que debemos hacer en nuestra vivir cadencioso diario es desarrollar nuestra humana conditio (llegar a ser lo que eres): sin estridencias, sin exhibicionismos ni imposturas, sin ambiciones inalcanzables o perversas ni imposiciones a terceros.

Y nos queda también afortunadamente la opción personal de volver, como nuestros sabios antepasados clásicos, a la olvidada por nuestra velocidad diaria:  contemplación estética de la vida. No como una distracción o evasión pueril de nuestra desconcertante realidad, sino como una voluntad clara de apreciar las cosas desinteresadamente, como las sentimos y apreciamos, sin objetivos finalistas, sin instrumentalizar nuestras relaciones y sin condicionantes externos.

Y a partir de aquí desarrollar nuestro propio y reflexionado imperativo ético de actuar conforme a este desinterés que nos ofrece la contemplación estética de la vida cuando somos capaces de detenernos a apreciarla en su justa medida.


Wittgenstein ya nos decía que ética y estética son lo mismo. El filósofo barcelonés Eugenio Trias nos expone también que el arte muestra la verdad subyacente a la realidad a través de la revelación de conductas (buenas / malas). Muestra el ethos del habitante del límite.

Esa mostración supone cierta epojé, distanciamiento, desinterés (kantiano) que sin duda necesitamos actualmente para construir nuestra personal integridad moral  desde la consciente actuación desinteresada para poder dar una respuesta  clara a tan interesados creadores de caos en nuestro acontecer diario.