martes, 12 de junio de 2012

La República de las Letras: Europa en la encrucijada


En los recientes episodios de la crisis asistimos, no sin cierta estupefacción, al despliegue de una idea de Europa reducida al carácter meramente economicista y sometida al azar de la variabilidad de la prima de riesgo en los bárbaros mercados. Es quizás hora otra vez ,como en tiempos pasados, de intentar ganar altura moral para ampliar las miras y volver nuestra atención hacia nuestra rica tradición como forma de salir adelante unidos con convicción, evitando de nuevo repetir en Europa el ciclo infernal de vencedores y vencidos.

Uno de los más relevantes conceptos del pensamiento francés es el de la República de las letras: esta idea sintetiza el hilo conductor de la cultura europea desde el siglo XIV hasta nuestros días. Para Petrarca y sus discípulos, el restablecimiento del diálogo con la Antigüedad era vital para salvar Italia y toda la cristiandad de la ignorancia y la barbárie. La restitución de este diálogo adoptaba la forma de recuperación y la difusión de los saberes clásicos greco-latinos (filosóficos, poéticos, científicos) legados a través de la palabra escrita. A esta "fraternidad internacional de humanistas misioneros" discípulos de Petraca se le dió el nombre de República de las letras.

La res literaria se forjó con el modelo de res publica christiana como institución universal que acogía y ordenaba a todos los europeos de acuerdo con la tradición clásica greco-latina. Este "bien común" literario devolvería a los lectores europeos un civismo desinteresado e ilustrado que haría de todos los ciudadanos una República de las letras que transcendería las fronteras nacionales, las diferencias religiosas, los rangos sociales y las profesiones. Se pone el acento sobre el ethos de la amistad y la hospitalidad que favorece una relectura de la tradición humanista de las artes de la paz. Ofrecía un contrapeso a la "cultura de guerra" de tradición épica y feudal.

Gana relevancia con la época ilustrada de las luces y es renovada posteriormente con revistas, traducciones o viajes en la comunidad europea de la letras, las artes y las ciencias a principios del siglo XX. Esta concepción de Internacional del Espíritu y de solidaridad entre hombres letrados (en sentido amplio) que trasciende naciones y religiones es puesta a prueba por los totalitarismos del siglo pasado.

En nuestra época actual quizás sea sólo cuestión de un matiz nominalista y con cambiar bárbaros por mercados o totalitarismo por economía o cultura de guerra por competencia económica entre países, tengamos de nuevo ante nosotros ese oscurantismo que combate la idea ilustrada de cultura. La Republica de las Letras son nuestra  escuela del arte de vivir en sociedad como europeos más allá de visiones reduccionistas de la idea de Europa como mercado puramente económico. Sólo un ethos solidario, hospitalario, generoso, pacífico salvará a Europa de ser engullida por su propia economía. Las Humanidades de nuevo al rescate de una Europa en la encrucijada.


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