lunes, 1 de abril de 2013

El Pensamiento Único: el porque de nuestra época


Si nos preguntamos el por qué tenemos que ser productivos, eficaces o trabajar sin descanso para progresar en nuestra carrera profesional posiblemente nos costará dar una respuesta que vaya más allá de ciertas frases hechas. Se dice que vivimos en una época donde lo que prevalece es el pensamiento débil: la verdad absoluta es un impedimento. La verdad puede tener consecuencias autoritarias pues los poseedores de ella se consideran justificados para imponérsela a los demás por lo tanto, se rechaza cualquier sistema construido a base de una ideología fuerte como en el pasado.

Parece entonces que nada nos es impuesto. Pero si lo pensamos detenidamente quizás nunca una época ha sido más ideológica que esta; surge, sutilmente si queremos, el denominado por el profesor Gonçal Mayos Pensamiento Único, como forma en principio desideologizada postmoderna: reduce todo a mero flujo económico de mercancías, capitales e informaciones. A mero trabajo pragmático o a un frío resultado macroeconómico. Banaliza todo pensamiento y cultura. Obvia el pensar reflexivo, crítico y distanciado. Busca identificarse con el gran mito moderno del progreso, la invisible mano del mercado y el fin de la historia. En una especie de nihilismo feliz busca sustituir para siempre la conceptualización por la gestión, el pensamiento teórico-práctico por la pragmática relación de fenómenos; la política y la ética por la logística, la opción reflexionada por el cálculo de costes, los valores por los precios.

Este Pensamiento Único niega todo sentido, cualquier saber o interacción con la realidad que no pase por su gestión-dominio instrumental. Desconecta valores y premisas metafísicas por recetas y mecanismos que no van más allá de la superficie cambiante de los fenómenos. Simula que no hay ninguna imposición, que en apariencia sólo aporta conocimientos técnico-económicos y una terminología en principio neutra pero que a todos nos resulta familiar: productividad, competencia, tecnología o carrera profesional. El lenguaje del mercado esta omnipresente a forma de gramática universal que todo el mundo ya no sólo entiende sino que también procesa inconscientemente.

Los individuos (nosotros) debemos movilizarnos para no perder el tren del progreso y en esa vorágine en que se convierte nuestro acontecer diario renunciamos a un ideal común para todos y dejamos de lado, sólo mirando con temor de reojo, a una verdad que se va imponiendo cada día: una gran parte de la población jamás podrán alcanzar el paraíso consumista que este pensamiento dibuja. Sólo algunos ciudadanos bien formados y cuyos conocimientos no caigan en la obsolescencia podrán acceder al paraíso del consumo. Este pensamiento continua siendo una gran promesa que fascina más que demuestra y cuyo cielo es solo accesible a parte de la población.

Crea una clase en modo de élite internacional de los negocios que repite sus actuaciones en cualquier parte del globo como forma de reproducir su estatus y sin implicarse realmente en los problemas locales. Por otro lado, aparecen las masas populares que al verse excluidas se abocan a un nuevo paganismo virtual para consolarse y distraerse como damnificados de este Pensamiento Único y la Globalización. Esta autodenominada mera gestión técnica y neutra está ahora ya desmontando el Estado del Bienestar y lo único que le amenaza es la paralización del ascensor social que antes le daba fuelle.

A veces los porqués de una época de crisis como la actual vienen explicados por el importante efecto performativo que tienen las palabras e ideas que tienden a realizar lo que ellas formulan a través nuestro, incluso estando inconscientemente dentro de nosotros. El pensamiento nunca puede ser pretendidamente débil: no podemos hacer de la fase actual del capitalismo una nueva religión donde la gente sacrifique su vida y felicidad. Hacernos las preguntas adecuadas puede dar origen a nuevas épocas y eso requiere de nuestro "empoderamiento" en una reflexión pausada y fuerte sobre lo que realmente queremos Ser y construir. Conformamos y damos forma a nuestra experiencia vital a través de las ideas: hagámos que sean realmente nuestras como forma de dar una necesaria mirada humana renovada al mundo que vivimos.



1 comentario:

  1. "En una especie de nihilismo feliz busca sustituir para siempre la conceptualización por la gestión..." Terrorífico.

    Si perdemos el concepto nos perdemos a nosotros, al cosmos y al caos.

    Con ello las fronteras no desaparecen, se convierten en un magma alienante que viene a recordarnos secretos mundiales, trazos de historia de un repetirse por la debilidad, la ignorancia y el miedo. Hace poco citaba a Primo Levi a través de Deleuze. Clamaba por la distinción entre víctimas y verdugos.

    La molicie se ha extendido, y antes fue el analfabetismo, y antes siempre hubo un antes. Pero luchemos. Resistamos.

    Un lugar interesante.

    Saludos

    Veda

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