miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿Qué es la vida?: De los hechos al discurso civilizado


Todos intentamos saber y conocer a través de nuestras experiencias con los hechos que nos ocurren. Sabemos también que existen diferentes ramas del pensamiento humano que intentar dar con un conocimiento válido: así la Filosofía (amor a la sabiduría) surgió como el intento de clarificar el orden de lo que conocemos, es decir, el distinguir entre conocimiento sólido (episteme) y opinión a veces infundada (doxa). Por su lado la Ciencia (del verbo scire, saber) trata de contrastar de forma rigurosa enunciados o teorías potenciablemente verificables o refutables y empíricamente demostrables.

El gran problema que surge entonces, como nos dice el filósofo de la Ciencia Jesús Mosterín, es el de la demarcación: demarcar un terreno es señalar sus lindes o confines, trazar la frontera que lo separa de otros. ¿Qué separa la Ciencia de la Filosofía? Puede parecernos que mucho, pero en el fondo quizás la única línea que podamos trazar entre ellas sea afortunadamente discontínua. Aunque no nos lo parezca, dentro de la Ciencia existen muchos enunciados existenciales ("hay una partícula con estas propiedades")  verificables, pero no refutables y que pueden parecernos más propios de la Filosofía. Y,como en la Filosofía, las especulaciones juegan un papel necesario en la dinámica del progreso científico.

Y si preguntamos, ¿Qué es la vida? :

La Ciencia podría respondernos que un ser vivo es un sistema abierto que intercambia materia, energía e información con el exterior y que, gracias a ello, tiende a mantener su identidad independiente de la incertidumbre de su entorno. Los seres vivos tienen las capacidades de multiplicación, variación y herencia o descienden de seres que las tienen. En algún momento emergieron seres dotados con redes metabólicas rodeados de membranas semipermeables, con sistemas de transformación de energía y con información genética capaz de copiarse y transmitirse a las siguientes generaciones. Luego la selección natural se ha encargado de favorecer aquellas innovaciones que ayudan a seguir vivo.

La Filosofía pondría quizás el acento en la significación que tiene esto que llamamos la vida. Y podría decirnos que la vida es un sentimiento subjetivo y personal que necesita incorporar una concepción totalizadora y con sentido del mundo a modo de discurso interiorizado.

Y es que si nos ceñimos al materialismo de lo que hay, la materia puede tener varios estados: desde materia inerte en el cosmos, pasando por materia viva en las células y evolucionando a materia inteligente en las neuronas para acabar en materia civilizada en el hombre. La vida es pues desde una bacteria hasta Shakespeare. La vida son hechos y discursos: Ciencia y Filosofía.

Ciencia y Filosofía atacan con coraje emancipador el gran desafío del saber. A nosotros nos queda la consciente responsabilidad y esfuerzo de conocerlas y unirlas en la denominada Tercera Cultura, conjunta de Humanistas y Científicos, para estrechar el cerco crítico contra el mero opinar interesado de vocación dominadora y adueñarnos así de nuestra propia y viva identidad.

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