domingo, 16 de diciembre de 2012

El Minotauro y la crisis económica: orientando los excedentes





Se han ido realizando diferentes explicaciones que tratan de hacerse comprensibles sobre las causas y consecuencias de la actual crisis económica. Pero seguramente para hacérnoslas al menos más próximas están los relatos y hay que ser conscientes que la economía hasta su independencia como ciencia en el siglo XVIII fue una parte sustantiva de las Humanidades. Una separación que quizás nunca debería haberse dado ya que al dejar de ser el Ser Humano el nucleo central, hemos acabado  rindiendo culto a una serie de abstracciones técnicas (mercados, déficit, deuda, prima de riesgo, etc.) que han llevado al sufrimiento a una gran parte de nuestra población.


El economista griego Yanis Varoufakis en su obra El minotauro global reune la mitología griega y el análisis económico para dar una magnífica explicación global a la crisis actual: según el mito, el minotauro de Creta, cuando la isla era el poder económico de la región, recibía cada año siete muchachos y siete doncellas de Atenas para alimentar a la criatura y confirmar el sometimiento a la Pax Cretense. Eso acabó cuando Teseo, hijo del rey de Atenas, mató al Minotauro abriendo una nueva era. El crac económico se produjo cuando una bestia que llama el Minotauro global fue gravemente herida. Un minotauro que, mientras dominaba el planeta (Pax Americana), tenía un puño de hierro implacable y mantuvo la economía global en un equilibrado desequilibrio.

Al generar unos enormes déficits por la guerra del Vietnam y la Gran sociedad de Johnson, EEUU inundó el mundo de dólares que no estaban apoyados por el oro que tenía. Al salir en 1971 del sistema patrón oro (que implicaba que los dólares que emitía eran convertibles en oro) se dejo de reducir los déficits gemelos crecidos a finales de los 60, uno presupuestario y otro comercial, aumentándolos generosa e intencionalmente por el contrario.

Y ¿quién pagaba esos déficits? ¡El resto del mundo!.Esos déficits gemelos aspiraban los excedentes de producción y capitales de otros países, creando una suerte de equilibrio global (minotauro global de la época de Pax Americana) en el que las principales economías excedentarias del mundo (Alemania, Japón y ahora China) siguieron produciendo bienes en masa que los estadounidenses devoraban. Y la mayoría de los beneficios obtenidos por estos países se transferían en forma de flujos a Wall Street, que los transformaba en créditos  a los consumidores, inversión directa en corporaciones extranjeras y en comprar Letras del Tesoro de EEUU para financiarlo.

Aparecen entonces como subproductos de los masivos flujos de capital necesarios para alimentar los dos déficits de EEUU el aumento de la financiarización (hipotecas basuras), el triunfo de la codicia, el repliegue de los organismos reguladores y la dominación del modelo de crecimiento anglosajón basado en el endeudamiento. Un flujo de tributos de la periferia al corazón imperial con el que se reciclaban los excedentes globales de producción y de capital hasta la herida fatal del derrumbe espontáneo del sistema bancario en el 2008.

Teseo ha llegado ya a nuestra economía global y tenemos a nuestro Minotauro gravemente herido en sus últimos estertores. Se plantea ahora la necesidad de un nuevo mecanismo global de reciclaje de excedentes. Un sistema equilibrado de verdad  con nuevos valores que nos oriente hacía una unión monetaria internacional, que fomente la demanda interna de todos los países implicados, la productividad  y la inversión en proyectos no especulativos que desarrollen la calidad de vida mundial. Al igual que Teseo necesitamos nuestra Ariadna que nos guíe con los hilos de su ovillo hacia la salida de este laberinto en el que hemos estado viviendo.


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