domingo, 17 de abril de 2011

La necesidad de redención: haciendo el mundo habitable

Si nos paramos a pensar que hace para nosotros habitable el mundo a nuestra pequeña escala personal quizás descubriremos que gran parte de esas cosas con las que en ocasiones contamos están íntimamente relacionadas con la necesidad que todos los seres humanos tenemos de liberarnos muchas veces de nuestras restricciones o cadenas.

Esta necesidad de redención es algo intrínsecamente humano: esa capacidad de aceptar las cosas que no nos salen bien e intentar cambiarlas a mejor. Muchas veces es una liberación del dolor o intentar volver a adquirir algo que se había perdido pero sin duda el sentir esa necesidad de liberación y demandar ayuda en ese cambio o catársis nos define como personas y da sentido y habitabilidad a nuestro mundo.

A pesar de existir desde el punto de vista físico una única realidad externa las visiones de la misma son tan diversas como habitantes tiene la tierra. Como decía el filósofo vienes Witggenstein con nuestro lenguaje creamos nuestra propia y única visión del mundo y es esta perspectiva que, en algunos momentos nos parece gris o desesperanzada,  la que necesitamos calibrar y ajustar mediante la ayuda de los demás a modo de redentores y también conjuntamente con el poder sanador de las palabras.

Y no sólo habitar sino repoblar espiritualmente el mundo en estos momentos de redención es una de las grandes ayudas que puede ofrecernos la poesía ya que con sus palabras salidas de la íntima convicción de Ser el lenguaje nos toma a nosotros y nos abre nuevos caminos inexplorados  para nuestra conciencia produciendo ese efecto catárquico o de cambio que tanto necesitamos a veces.

Escuchar al poeta Pablo Neruda en el video recitado de su poema Me gusta cuando callas es una de las mejores formas conocidas de redención  y con el que os dejo para vuestro calibraje y ajuste fino con vuestra propia visión del mundo.


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