miércoles, 26 de octubre de 2011

Buscando una actitud vital: la vida como proyecto o el sentimiento de plenitud


Cuando uno debe afrontar la vida puede ver ésta como un proyecto: como un espacio y un tiempo donde desarrollar una serie de actividades con una finalidad determinada y en la que los valores y creencias estén siempre presentes. Esto supone a veces una dura tarea (como los doce trabajos de Heracles) pero tiene sus evidentes recompensas y satisfacciones.

Al menos también existe otra forma posible de confrontar la vida: dejando que  las cosas discurran en su tendencia natural (el todo fluye o panta rei clásico). Es amar por encima de todo la vida y las cosas y esperar que éstas se muestren a nosotros tal como son, sin tratar de instrumentalizarlas. Supone al modo fenomenológico, una suspensión del juicio (epojé) y un cierto distanciamiento vital para poder tomar la altura necesaria y sentir la grandeza de la vida en toda su plenitud

Y sin duda alguna, la creencia en un destino individual tiene una implicación especial en esta actitud ideal que todos buscamos al intentar afrontar la vida. En la mitología griega existe unas bellas personificaciones relacionadas con el destino de las cuales podemos extraer enseñanzas vitales, las moiras:

"Eran personificaciones del destino.Vestidas con túnicas blancas, su número terminó fijándose en tres. Controlaban el metafórico hilo de la vida de cada mortal desde el nacimiento hasta la muerte (y el más allá).Incluso los dioses temían a las Moiras. Zeus también estaba sujeto a su poder.


Las Moiras eran :
  • Cloto (Κλωθώ, ‘hilandera’) hilaba la hebra de vida desde su rueca hasta su huso. Su equivalente romana era  Nona (‘Novena’), que originalmente era una diosa invocada en el noveno mes de gestación
  • Láquesis (Λάχεσις, ‘la que echa a suertes’) medía el hilo de la vida de cada persona con su vara de medir. Su equivalente romana era Décima 
  • Átropos (Ἄτροπος, ‘inexorable’ o ‘inevitable’, literalmente ‘que no gira' a veces llamada Aisa) era quien cortaba el hilo de la vida. Elegía la forma en la que moría cada persona, y cuando su tiempo llegaba cortaba su hebra con «sus detestables tijeras» la confundían con Enio una de las grayas.Su equivalente romana era Morta (‘Muerte’).
Se suponía que las Moiras se aparecían tres noches después del nacimiento de un niño para determinar el curso de su vida."

El destino estaba determinado desde el nacimiento. Sólo quedaba pues el carácter heroico del pueblo griego de enfrentamiento vital al trágico destino prefijado.

Y a nosotros como hombres y mujeres modernos, a veces también nos parece que la vida tiene una lógica implacable e incontestable que nos arrastra casi sin remisión y más en estos momentos de crisis que pasamos.


Pero en contra de este en ocasiones lúgubre sentimiento, aún podemos contraponer como libre e intencional ofrecimiento vital una actitud de vivir sin poner condiciones, aceptando que la plenitud no se alcanza sólo en los buenos momentos sino también en una visión completa, desapasionada y reflexiva de todas las experiencias y giros con que la vida en ocasiones nos sorprende.

Como dice sabiamente el filósofo Fernando Savater: a veces las razones están en contra de la vida sin embargo la vida está afortunadamente en contra de las razones.



                                                 Alabado sea el día.
                                                 Este día en que mi vida             

                                                 es bendecida por
                                                 El cielo, la tierra y el hombre. 

                                                              -Sasaki Nobutsuna

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