lunes, 20 de diciembre de 2010

Y el cerebro creó al hombre: ¿existe realmente el libre albedrío?

¿Cuál es el origen de nuestra conciencia? ¿Cómo pudo nuestro cerebro, un órgano físico  al fin y al cabo, hecho de materia inanimada elaborar pensamientos e ideas y generar emociones? ¿De dónde surgió el Yo autobiográfico y cómo puede existir la mente humana?¿La dualidad mente-cuerpo es verdadera o sólo hay un todo físico?¿Actuamos realmente como creemos  libremente siguiendo nuestro libre albedrío y moralidad, o en cambio seguimos inconscientemente los implacables dictados de nuestro cerebro físico siendo nosotros una simple creación suya?

Una de las ramas de la Ciencia con más empuje actualmente es la Neurología que se dedica al estudio del cerebro desde diferentes ámbitos y cuyos resultados conectan inevitablemente con cuestiones que desde la filosofía siempre han sido fundamentales y a las que se ha intentado dar respuesta durante siglos . Uno de los neurocientíficos más reconocidos es sin duda el Portugués Antonio Damasio, maestro reconocido de nuestro admirado divulgador científico Eduard Punset, premio Príncipe de Asturias y director del departamento de Neurología de la Universidad de Iowa en Estados Unidos y que recientemente ha publicado el libro "Y el cerebro creó al hombre" donde con un lenguaje sencillo y divulgativo intenta dar respuestas a estas preguntas basadas en sus estudios científicos del cerebro.

La conciencia es definida como lo que permite darse cuenta de sí mismo, de la propia existencia subjetiva y de los demás. Lo que construye nuestra biografía, nuestro propio Yo y nuestra identidad como Ser Humanos. Implica por lo tanto al lenguaje y a la memoria y depende de la mente y de su proceso consciente físico de creación de mapas neuronales en el cerebro. Para Damasio no existe, como postuló el filosofo francés Descartes, una mente (res cogitans) separada de un cuerpo (res extensa) sino que ambas forman parte de un Todo físico al estilo del monismo que proclamaba el filósofo holandes Spinoza y del cual es firme admirador Damasio. Este cerebro además va a buscar inconscientemente para nosotros siempre el denominado equilibrio homeostático de nuestro cuerpo, es decir, las constantes y funciones básicas para la supervivencia: nos hará tener hambre, sed, sueño cuando sea necesario y sin mediar una voluntad expresa nuestra. Probemos sino como demostración de lo anterior cuan difícil es dejar voluntariamente de respirar...

Asimismo este cerebro físico mediante sus mapas neuronales y la mente es capaz de generar emociones y sentimientos. Damasio nos dice: "La emoción es un programa de acciones. El sistema nervioso humano, o cualquier sistema nervioso, se involucra en una serie de acciones para protegerse. Bien mediante la defensa frente a la amenaza, o proporcionando una oportunidad para alimentarse o para el sexo. Evita la muerte y hace cosas beneficiosas. Luego está la lectura de esa acción. Cuando percibes lo que está sucediendo en tu cuerpo, cuando tienes esa emoción, entonces surge el sentimiento. Emocionar es actuar. Sentir es percibir. Ambas cosas están relacionadas". Y pensemos que en nuestra vida sin emoción no haríamos nada, la emoción da significación a los hechos que nos ocurren y es un marcador cerebral que indica  que hechos hemos de mantener en nuestra memoria; o alguien se acuerda de que color era el coche que aparco al lado en nuestra última visita al Supermercado y en cambio, del último resultado de nuestro equipo de fútbol favorito... Como bien decía Hume: "la razón es la esclava de las pasiones"

Y existe realmente una Geografía física de la conciencia y demás funciones en el cerebro dónde localizar cada una de estas funciones: así la moralidad, la vergüenza  o la culpa se localiza en el cortex prefrontal del cerebro y con el tronco cerebral produce las emociones, la conciencia se localiza en el encéfalo y la corteza cerebral y si sufrimos algún daño físico en esas partes perderemos inevitablemente el sentimiento de sí mismo, de ser conscientes, de nuestro Yo autobiográfico.

Y tras la lectura de este imprescindible libro uno sigue reflexionando inquietantemente: "¿movemos voluntaria y conscientemente la mano y tomamos un vaso de agua porque tenemos sed o el cerebro detecta un desequilibrio y nos hace tener sed y  mover la mano en busca del vaso de agua para reestablecer el equilibrio?" ¿Sómos una simple creación de nuestro cerebro? ¿Existe realmente el libre albedrío?

* Si te ha gustado este post puedes descargarte gratis en pdf el libro recopilatorio del blog " La razón desencantada" en el link de abajo:

  http://www.bubok.es/libros/216134/LA-RAZON-DESENCANTADA   

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